Necesitamos contemplar a Cristo y a Cristo crucificado, como nuestra única esperanza de salvación. " Su obra como sacrificio, sustituto y garantía ha sido tratada solo friamente y de forma casual, pero esto es lo que el pecador necesita saber" (E.G. White). "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3).
miércoles, 5 de septiembre de 2007
breve comentario del libro de leviticos
BREVE COMENTARIO DEL LIBRO DE LEVITICOS
Nací en un hogar cristiano adventista, no obstante siempre me gusto el estudio de las escrituras, cuando niño una de las piedras que tenia en el zapato era el libro de levíticos, este libro causo mucha tristeza en mi corazón por algún tiempo , veía aquí las exigencias demasiadas estricta de Dios estipuladas en el libro de levitos me perseguían y hacían añicos mis anonadados esfuerzos por ser santo, recuerdo que una vez estudie una semana de estudio de solo el libro de levitos , acabando la semana termine mas cerca del infierno que del cielo , sentí que Dios pedía mucho de nosotros que lo que no nosotros pensamos , por ratos decía para mis adentros que bueno que yo no viví en esa época .Sin embargo aunque creía que ciertas reglas o leyes ya no estaban en vigencia , el tema de la santidad y el cumplimiento perfecto a las demandas de Dios seguía siendo el requisito de Dios para ser salvo , por algún buen tiempo el libro de levitos me dejo abrumado y lejos del cielo . Agradezco al Señor porque tuvo misericordia de mi , por su pura gracia me revelo el mensaje de la justificación por la fe ahora las escrituras llegaron hacer para mi una delicia , en cada detalle del libro de levíticos ahora encuentro a Cristo el verdadero varón santo y el cumplimiento de la ley , podría resumir mi experiencia con la palabras del salmo “ Haz cambiado mi lamento en baile” esperando que los lectores a través de la lectura puedan mirar al cordero de Dios que quita el pecado del mundo. W. Andueza.
El libro de Levítico trata primordialmente del sacerdocio y los servicios del templo, la mayoría de los principios básicos del culto son bosquejados en el libro de Levítico el resto de ordenanzas lo podemos encontrar en los otros libros del Pentateuco. Esto hace que sea importante y digno de un estudio especial.Es necesario aclarar que antes de Moisés ya había sacrificios en el Edén el Señor mismo le dio Adán un cordero, Abel y los patriarcas también sacrificaban. Sin embargo, en los ritos levíticos se hizo una revelación más clara respecto del Salvador, a quien señalaban todos los sacrificios. El uso continuo y simbólico de la sangre aplicada a los cuernos del altar, asperjada delante del velo o usada según el ritual en el segundo departamento del santuario delante del arca, recalcaba ante el pueblo la estrecha relación entre el pecado y el sacrificio.
Los principios de la transferencia del pecado, de la mediación, la reconciliación y la expiación eran enseñados claramente por la ceremonia diaria en la cual el oferente ponía su mano sobre la cabeza de la víctima mientras confesaba su pecado; por la institución de un sacerdocio regular para ministrar entre Dios y el hombre; por el sacrificio mañana y tarde; por los holocaustos y ofrendas individuales por el pecado; y por la entrada del sumo sacerdote, una vez al año, a la presencia de Dios en el lugar santísimo.
En todos estos reglamentos y preceptos los hombres veían la obra reconciliadora de Aquel que tomó sobre sí nuestros pecados, que murió por nosotros y por cuyas llagas nosotros somos sanados. Levítico es un preevangelio, y debiera hallar un lugar importante en el estudio de los que desean seguir al Cordero hasta el fin del camino.El servicio del tabernáculo era claramente simbólico y por lo tanto temporario, pues no hay relación necesaria entre la sangre de los toros y machos cabríos y el perdón de los pecados. Los sacrificios eran todos simbólicos y no tenían virtud en sí mismos. Pero eran la sombra de los bienes venideros, y servían así un propósito vital. Correctamente comprendidos, conducían a los hombres hacia Dios. Enseñaban lecciones acerca de la gravedad del pecado, de la necesidad de la confesión, de la majestad de la ley, de la santidad de Dios, de su gran amor hacia el hombre caído, y de la preparación necesaria para estar en su presencia.. La Santidad es el gran tema de cada capítulo del libro ya que es lo que Dios exige, lo encontramos en Cristo nuestro sustituto y es lo que Dios se propone hacer en la glorificación.
Los sacerdotes debían ser santos; sus vidas debían estar libres de oprobio; su alimento debía ser limpio; hasta sus vestiduras debían simbolizar la santidad. Los sacrificios ofrecidos debían ser perfectos; el santuario mismo era santo; los utensilios eran santos; la porción de las ofrendas para los sacerdotes era santa; hasta los terrenos del santuario eran sagrados y no debían ser contaminados.
Todo y todos los que tenían que ver con el tabernáculo debían estar escrupulosamente limpios físicamente, simbolizando así la limpieza espiritual que Dios requería. Dios ordenó repetidamente: "Seréis santos; porque yo soy santo" (caps. 11: 44, 45; 19: 2; 20: 7,26). Símbolo de esta santidad era "la lámina de la diadema santa de oro puro" que el Señor le ordenó a Moisés que hiciera, y que se fijaba en la mitra que llevaba el sumo sacerdote, y sobre el cual había "grabado de sello: SANTIDAD A JEHOVA" (Éxodo 39: 30).Levítico ocupa un lugar central en los cinco libros de Moisés, flanqueado por Génesis y Éxodo por un lado, y por Números y Deuteronomio por el otro. Así como el santuario era el centro del culto de Israel, también el libro de Levítico contiene el meollo de la instrucción dada respecto de aquel culto. Es el Evangelio en embrión. Con él, puede comprenderse mejor el Nuevo Testamento.
Cristo como sacerdote y sumo sacerdote; como Cordero de Dios; como nuestra ofrenda por el pecado; como el sacrificio consumado, con su sangre rociada alrededor del altar y sobre él; como el pan que bajó del cielo; como la luz del mundo; como el incienso fragante, éstas y muchas otras alusiones serían muy poco entendidas sin la luz que Levítico arroja sobre ellas. Pablo citó numerosas veces este libro cuando escribió la epístola a los Hebreos y trató las doctrinas de la fe cristiana.
La iglesia de hoy no puede permitirse descuidar este libro. Si la verdadera doctrina de la expiación, del día de la expiación, de la purificación del santuario, de Cristo como nuestro sumo sacerdote y abogado que ministra en el santuario celestial, del juicio y del pronto regreso de Cristo, de la ley en su marco debido; si todas estas doctrinas son claras contribuciones a la religión y la vida, y son mensajes que deben ser dados al mundo, entonces el libro de Levítico debe ocupar su lugar legítimo como marco para el evangelio de Cristo.A veces surge la pregunta: ¿por qué Dios instituyó el sistema de sacrificios y requirió derramamiento de sangre?
Dios aborrece el pecado porque conoce sus resultados; y uno de los principales propósitos de los sacrificios era hacer que Israel también lo aborreciera. El podría haber aconsejado simplemente a su pueblo que no pecase pues el pecado era malo y debía ser rehuido. Pero ¿no se haría en ellos una impresión mayor y más duradera mediante una demostración visual del resultado del pecado, de manera que en sus mentes apareciesen siempre asociados el pecado y la muerte, como la causa y el efecto? Esto fue lo que hizo Dios en el jardín del Edén, cuando fue sacrificado un cordero después del pecado de Adán. ¿Y no se recalcaría este efecto si el mismo pecador llevaba a cabo la sentencia de muerte? Dios podría entonces preguntar: ¿Qué más podría haber sido hecho que yo no he hecho para enseñar al hombre la gravedad del pecado? "¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?" (Isaías 5: 4).Los judíos en lugar de mirar al corderito como símbolo del Mesías, vieron su victima como merito salvador, comenzaron a considerar los sacrificios como una especie de pago por el privilegio de pecar.
Por esto Dios les envió mensajes por medio de sus profetas anunciándoles que no deseaba ya más de sus sacrificios: "Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos" (Isaías 1: 11).
Por intermedio de Amós dijo: "Y si me ofrecierais vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados" (Amós 5: 22).
Y Miqueas pregunta: "¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?" Entonces él responde a sus propias preguntas: "Qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" (Miqueas 6: 6-8).Esta es una buena verdad antiguo testamentaria y también es buena doctrina del nuevo testamento debería estudiarse a la luz del libro de Hebreos para su mejor comprensión. Sin embargo, pueden aprenderse muchas preciosas lecciones del ritual según fue originalmente dispuesto. Un estudio de Levítico recompensará ampliamente el tiempo dedicado a él.
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