Qué seguridad existe en el universo, que el pecado no se levantará por segunda vez?
¿Es el cielo un lugar de paz? Sin ninguna duda, porque allí rige la ley del amor, y los ángeles son santos, puros e inocentes. Pero, ¿Cómo entonces podemos explicar que allí, en la atmósfera santa del cielo se sublevó contra la autoridad divina alzándose en rebelión? ¿Es la ausencia de maldad la garantía para preservar la seguridad del universo?
Dios es el Dador, nosotros los que recibimos; Dios es la fuente del amor y vida. De El dependemos todos los creados segundo a segundo para seguir viviendo. Este es el 2º principio universal necesario para perdurar en la seguridad eterna: La dependencia. La dependencia es obediencia pero la obediencia puede no ser dependencia y entonces esa "obediencia" es el mismo pecado. La única y verdadera obediencia es siempre dependencia. Es entregarle el problema a Dios.Pero esa dependencia es el resultado del principio No 1: El amor de Dios. Para ser totalmente dependiente de Dios por la eternidad necesitamos saber que Dios nos amó, nos ama y nos amará por toda la eternidad. Esta es una garantía que Dios ha puesto en la crucifixión de su Amado Unigénito. "Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" Romanos 5:8."En esto muestra su amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" 1ª Juan 4:10.Continuando con el estudio de las razones por las cuales el Hijo de Dios debió ser levantado en una cruz, quedamos absortos en un solo pensamiento: ¿Por qué Dios no destruyó a Satanás y así se hubiera evitado el horror que alcanzó a toda la humanidad hasta nuestros días? Esta es una de las tantas preguntas que deben enfrentar los que dan a conocer el evangelio al mundo. Pero hay más preguntas. ¿Por qué Dios permite la maldad? ¿Por qué no es éste mundo un lugar de paz? ¿Por qué Dios no hace que todas las personas sean buenas, incapaces de cometer maldad?Todas las preguntas apuntan a una misma dirección: Vivir en paz. A eso apuntan los esfuerzos del hombre en todas las latitudes. Vivir en paz. No es necesario puntualizar aquí el fracaso del hombre en lograrlo. Entonces es fácil caer en el pensamiento de que Dios con su gran poder, sí podría hacerlo. Transformar la naturaleza del hombre de una manera prodigiosa (sin detenerse a pensar demasiado en el método a emplear).Para poder responder estas preguntas a la luz de la Palabra de Dios, es necesario hacer primero algunas consideraciones acerca del amor de Dios, es decir, su carácter, como también hablar acerca de la misma raíz del mal, es decir el pecado.Dios está interesado en cada uno de los vivientes en forma personal para salvarle de la condenación, y cada uno es responsable delante de Dios como individuo, aparte, independiente de todos los demás O sea que Dios trata con las personas como entes individuales, nunca como a una masa o conjunto de personas, y hace su obra de paz en cada hombre de manera independiente del resto, pero-atención- simultáneamente. Nadie puede llegar a sentir que la atención de Dios para con él, sea menor que la que Dios tanga hacia cualquier otra persona, sea quien fuere. La obra de nuestro Señor Jesucristo fue hecha por y para todos sin ninguna excepción, sin discriminaciones de ninguna especie. Pero siempre la salvación es unipersonal. Zaqueo, Leví Mateo, el joven rico, el centurión romano, el paralítico de Betesda, el ciego Bartimeo, el leproso, Nicodemo, el hijo pródigo de la parábola, el ladrón en la cruz, María Magdalena, Pedro, Juan, por citar sólo algunos nombres, pues la lista es interminable, nos muestran el modo divino de llevar paz al corazón humano necesitado. Por eso es que el cristiano avanzado en el estudio de la Palabra de Dios, sabe que la paz-en el sentido de ausencia de maldad en el planetaes una utopía hasta que no se produzca la segunda venida de Jesús en gloria y majestad.Al ir ahondando en el estudio del carácter de Dios, nos damos cuenta que Dios no puede usar su poder para crear hombres y programarlos como máquinas sin inteligencia, no porque no tenga derecho a hacerlo, sino porque en su infinito amor El ha creado hombres a los cuales ha dado capacidad de producir respuestas conscientes, y en los cuales Dios es capaz de insistir e insistir hasta convencerlos de su gran amor con evidencias innumerables, para atraerlos a sí.
Desde el primer día que el hombre perdió su primogenitura en la tierra del Edén podemos comprobar el amor de Dios por sus criaturas. Dios con su poder podía haber hecho las siguientes cosas: a) destruir al engañador y al engañado. b) destruir sólo al engañador y restaurar al engañado a su condición original. c) crear otra criatura inmune a toda clase de engaño. Pero ninguna de esas soluciones encuadraba en la Ley de Dios, la única que rige toda su justicia. LA LEY UNIVERSAL DEL AMOR. La misma ley que por ser inmutable, no podía ser transgredida, ni modificada, pues escrito está que la ley de Dios es PERFECTA. Tampoco pueden ser rebajadas sus normas ni sus exigencias, por cuanto es la única ley del universo que tiene esta característica: JUSTA, SANTA Y BUENA. Las leyes de los hombres, además de estar sujetas a constantes modificaciones, excepciones, pueden ser ignoradas, rebajadas sus normas e indultados sus transgresores. Pero la Ley de Dios nó puede ser burlada ni ignorada, por cuanto es la perfección de la justicia, por eso dijo el Señor Jesucristo que ni siquiera una tilde, ni una jota pasará de la Ley de Dios, hasta que todo se haya cumplido. (Mat. 5:18) y también dijo que es más fácil que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley (Luc. 16:17).Así es que cuando Adán transgredió la santa ley del universo de Dios, nuestro Creador debió enfrentar un problema de solución muy complejo. No podía indultar al hombre, pues eso sería rebajar las normas de la ley, que dice que la paga del pecado es la muerte. Pero su infinita misericordia, sin estar en pugna con su santa ley, clama por la vida de su criatura nacida de sus manos. ¿Cómo podía Dios hacer caer el peso de su inmutable ley sobre aquellos seres que El amaba entrañablemente?La perfección de la ley de Dios, así como su amor por toda la raza, quedó manifestada por la eternidad en la manera que El concilió su amor y su misericordia, de tal modo que su justicia se cumplió-conforme a lo que la ley demanda- y a la vez, conforme a su carácter de amor infinito, actuó con misericordia, pues la ley que condenaba el pecado y éste a todo trasgresor caería con todo su peso sobre su propio Hijo, que suplantaría en la condena de muerte eterna, a nuestros padres Adán y Eva. Ahora ellos, conmovidos por el amor de Dios- ya que esperaban la destrucción- pudieron captar la misericordia de su Creador y comprender cuánto los amaba, cuán injustificada era su actitud de desconfianza hacia el amor de su Padre cuando le creyeron a la serpiente.Si usted quisiera comprender su situación delante de Dios, imaginase por un momento que es usted el mismo Adán y no hay ningún otro hombre sobre la tierra más que usted. Usted acaba de transgredir la ley de amor que Dios imprimió es su corazón cuando lo creó. "Amar a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo". De pronto usted toma conciencia de que todo el peso de la transgresión va a caer sobre usted y su esposa. Espera lo peor; entonces deciden esconderse, tratar de pasar inadvertidos, aún sabiendo que es imposible huir de Dios. Se cubren con hojas de higuera porque se dan cuenta que están desnudos; saben lo inútil de este acto, pero en su desesperación quieren ocultar todo vestigio de su trasgresión. Antes también estaban desnudos, pero eran como niños, inocentes. De pronto usted oye la voz de Dios y comienza a temblar de terror. Finalmente usted descubre en su Padre un profundo amor por usted en lugar de odio, con su corazón conmovido, acepta con profundo dolor la piel de un cordero que usted ve morir como símbolo de su trasgresión. Con ella ahora usted cubre su desnudez y siente el perdón de Dios en su vida. El cordero inocente muriendo en lugar del hombre culpable.Así es su condición actual delante de Dios. No significa que usted debe cargar con la culpa de Adán. Significa que usted tiene la oportunidad de Adán de recibir el beneficio de que Otro murió en su lugar. Cada persona que nace, merece para Dios, el mismo amor que mereció su hijo Adán. Como si no existiera otro hombre sobre la tierra. Cuando usted cree que el Hijo de Dios murió en lugar suyo, usted esta siendo restaurado al amor de Dios, porque su amor le atrae a El. "Nosotros le amamos a El porque El nos amó primero". (1ª Juan 4:19).Ahora Dios ha escrito su ley en su corazón, y ahora usted comprende que en esos dos mandamientos se condensa todo el amor de Dios por el hombre. El contraste que ofrece su vida y lo que en realidad demanda esa ley, en su corazón, le recuerda constantemente que usted está muy pero muy lejos de vivir esa perfección, para que su mirada se vuelva en busca de misericordia hacia él que puso su ley en su corazón. La santidad y el amor de la ley de Dios le resultan inalcanzables mientras vive en este cuerpo, pero ama las virtudes de Cristo y anhela el momento de poseerlas usted mismo en un cuerpo glorificado, como lo ha prometido por su Palabra. "He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados; en un momento en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta y los muertos resucitará incorruptibles y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: "Sorbida es la muerte en victoria". (1ª Cor. 15:51).Ese es el momento que ahora anhela usted junto a todos los redimidos de Dios; vivir plenamente la ley del amor en un cuerpo glorificado como el de nuestro Señor Jesús. Usted prorrumpe en alabanzas incontenibles al Señor al contemplar por fe a que altura le ha puesto el Señor: como si hubiera sido siempre justo. Ahora que el carácter de Dios ha quedado manifestado en su grandeza, podemos responder a aquella pregunta: ¿Por qué Dios no destruyo a Satanás y así se hubiera evitado el horror que alcanzo a toda la humanidad hasta nuestros días?Respuesta: Porque Dios es amor.La otra pregunta era: ¿Por qué permite Dios la maldad? ¿Por qué no es este mundo un lugar de paz? Y la respuesta es la misma: Porque Dios es amor. Pero a la vez hagámonos esta pregunta: ¿Es el cielo un lugar de paz? Sin ninguna duda, porque allí rige la ley del amor, y los ángeles son santos, puros e inocentes. Pero, ¿Cómo entonces podemos explicar que allí, en la atmósfera santa del cielo se sublevó contra la autoridad divina alzándose en rebelión? ¿Es la ausencia de maldad la garantía para preservar la seguridad del universo? La Biblia nos informa que la perfección celestial fracasó en el cielo. Y también nos informa que la perfección humana fracasó en la tierra.Así es que ahora podemos hacernos otra pregunta, y ésta si que es realmente dramática, porque requiere una respuesta que no deje ningún resquicio a la duda. ¿QUE SEGURIDAD EXISTE AHORA EN EL UNIVERSO, QUE EL PECADO NO SE LEVANTARA POR SEGUNDA VEZ?La Biblia dice que en ocasión de la segunda venida de Jesús dejaremos de ser corruptibles y dejaremos de ser mortales (1ª Cor. 15:51) y tenemos la certeza de que ese es el momento en que seremos glorificados para siempre. Más la pregunta inicial sigue en pie. ¿Es la glorificación la seguridad que no se alzará el pecado por segunda vez? dice la escritura Sagrada en Col. 1:20:"Y por medio de El (Jesucristo) reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz".Esto significa que la reconciliación hecha en cruz por medio de la sangre de Jesús no fue solo para los habitantes de este mundo sino para los seres que habían caído, y también para los habitantes del cielo que nunca cayeron, que son puros, santos e inocentes.¿Por qué necesitarían ser reconciliados aquellos que nunca cayeron en pecado? ¿El vocablo sugiere que no existía en el cielo un concilio pleno, esto es, una total unión o amistad, o acuerdo? Leamos ahora en Efe. 3:9-12 para que la Biblia se responda a si misma:"Para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en El".Si leemos en la versión DHH dice así: "Y me ha encargado decirles a todos cual es el plan que desde siempre es un secreto de Dios, Creador de todas la cosas; sucedió así para que ahora por medio de la iglesia todos los poderes y autoridades en el cielo lleguen a conocer la sabiduría de Dios en todas sus formas."Los santos ángeles no han pasado por la terrible experiencia del pecado y ellos no pueden entender lo que significa ser rescatados del poder del mal. La rebelión de Satanás los dejo perplejos y confusos y la cruz en la que ven morir al hijo de Dios los asombra. Disciernen la maldad desencadenada por Satanás contra el propio Dios, pero es necesario que toda duda sea despejada de sus mentes. Ellos ven morir a su amado Señor pero ven que el príncipe maligno sigue vivo. ¿Por qué? Esa pregunta resuena en el universo de Dios y la respuesta deben buscarla en el mismo escenario en que Jesucristo libró la batalla en donde el amor venció el egoísmo: la Cruz. La cruz del Calvario es el remedio que Dios dispuso para el pecado, para que el universo pudiera discernir la terrible gravedad de esa enfermedad llamada pecado. Que fuera necesaria la muerte del hijo de Dios como única seguridad de que el pecado no volvería a levantarse por segunda vez. Esto es revelador, pues muestra la raíz de la enfermedad que puede curar el infinito sacrificio de nuestro Señor Jesús. En esto hallan su seguridad los seres caídos y los que nunca han caído.Así podemos discernir que la glorificación que recibiremos es la solución que Dios ha provisto para nuestra pecaminosidad, pero no para el problema del pecado. La solución para el problema del pecado no es ni ha sido, ni será la transformación íntegra (física y moral) de la persona, o sea la glorificación, porque el problema del pecado no afecta sólo a nuestra naturaleza, sino que afecta a todo el universo. Si la glorificación fuera el remedio contra el pecado, pues esto lo hubiera hecho Dios desde el principio en la persona de Adán y Eva inmediatamente después de la caída. Resumiendo entonces, podemos decir que el pecado es un mal profundo que Dios sanó a través de un solo remedio, la Cruz, y eso, nos da la dimensión del mal que pudo aquejar aún a los seres no caídos. ¿Por qué debía ser Jesús levantado en una cruz como única solución contra el pecado? Porque es la muestra más grande del amor de Dios- no existe otra forma mayor de demostrarlo- porque al dar a su hijo lo dio todo. Ahora bien, si la cruz del Calvario es la demostración más grande que podía haber dado Dios de su amor por todas las criaturas, entonces podemos caratular el acto de pecar como DUDAR DEL AMOR DE DIOS. Esta es la raíz misma del pecado: Tomar decisiones sobre la hipótesis de que Dios no nos ama, o al menos, no tanto como dice amarnos. Cuando un hombre toma decisiones basado en que Dios no lo ama, está desarrollando aquel mal embrionario que apareciera por vez primera en el Jardín Edénico y que fue necesario erradicar en aquella primera etapa, no dejarla desarrollar. La muerte del hijo de Dios muestra que el Creador ama a todo el universo, al dar su vida por sus enemigos; aquellos que en su pecado, terminaron matándolo.Al mirar la cruz, todos los seres, los caídos y los no caídos, tienen la certeza de que Dios está a favor de todas sus criaturas, aún en aquellas circunstancias en que los acontecimientos puedan llegar a hacernos dudar- de hecho tenemos libertad para dudar- porque la Cruz del Calvario frente a esa misma duda se levanta como el monumento que persuade con argumentos mas que suficientes, que esas dudas no tienen fundamento. La cruz nos asegura que únicamente el amor movió al Creador a dar a su hijo en lugar que sus enemigos padecieran justamente lo que merecían sus hechos. No es algo que Dios hizo para amar más a sus criaturas, sino algo que Dios hizo para mostrar que ya los amaba. Es el remedio que Dios puso en el universo para erradicar la duda. Dice una cita de la pluma inspirada de la escritora cristiana Elena G. de White: "El sacrificio expiatorio jamás necesitará repetirse y no habrá peligro de otra rebelión en el universo de Dios. Únicamente aquello que puede apartar eficazmente del pecado en este mundo de tinieblas, impedirá que el pecado se levante en el cielo. El hombre caído no podía tener un lugar en el paraíso de Dios sin el Cordero muerto desde la fundación del mundo. ¿No exaltaremos, entonces la Cruz de Cristo? Los ángeles atribuyen honor y gloria a Cristo. Ni siquiera ellos están seguros, excepto por la contemplación de los sufrimientos del hijo de Dios. Es mediante la eficacia de la Cruz como los ángeles son guardados de la apostasía. Sin la cruz no estarían mas seguros contra el mal de lo que estuvieron los ángeles antes de la caída de Satanás. La perfección angélica fracasó en el cielo. La perfección humana en el Edén, el paraíso de Gloria. Todos los que quieran tener seguridad en la tierra o el cielo deben mirar al Cordero de Dios".Otra cita de la misma escritora dice: "Por medio de la justicia imputada de Cristo, el pecador puede sentir que está perdonado, y puede saber que la ley no le condena más, porque está armonía con todos sus preceptos. Es su privilegio sentirse inocente cuando lee en cuanto a la retribución que sobrevendrá a todo pecador incrédulo y piensa en ella. Se aferra por fe a la justicia de Cristo y responde como amor y gratitud al gran amor de Dios manifestado en el Don de su Hijo Unigénito, quién murió a fin de sacar a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. Sabiéndose pecador y trasgresor de la Santa Ley de Dios, considera la obediencia de Cristo, su muerte en el Calvario por los pecados del mundo, y tiene la seguridad de que es justificado por la fe y el sacrificio de Cristo. Comprende que la ley fue obedecida en su favor por el Hijo de Dios y que el castigo de la trasgresión no puede caer sobre el pecador creyente. La activa obediencia de Cristo reviste al pecador de la justicia que llena las demandas de la Ley".Podemos ver que el motivo del pecado es inexplicable, pero conociendo el remedio provisto por el Dios Altísimo sabemos cuan tenebrosas y espantosas son sus consecuencias. Nadie que pueda elevar sus ojos a la cruz- y todos pueden hacerlo- será asaltado por la duda respecto al amor de Dios. La cruz es la única y suficiente cobertura o garantía de que en el universo no se levantará el pecado por segunda vez. Quiere decir que éste remedio es el antídoto puesto por Dios y que necesitamos hoy mismo, al sucedernos cosas que no comprendemos, que son tristes y nos hacen pensar que Dios no nos está atendiendo de la manera que nosotros necesitamos, o que no está Dios al cuido de nosotros o que sencillamente pensamos que Dios nos esta pagando con lo que merecemos.El testimonio de la cruz nos dice que Dios está de nuestro lado, a nuestro favor. Dudar acerca de si Dios nos ama, desconfiar de la bondad y misericordia de Dios, eso es la raíz del pecado. Todas las demás ramificaciones pecaminosas provienen de este primer embrión, que trae aparejadas las desgracias conocidas del pecado. No es el amor al dinero, no es el orgullo, no es el egoísmo el primer embrión. Estas son sólo derivaciones de una sola actitud, la primera: DESCONFIANZA DEL AMOR DE DIOS. Lo que Dios estableció para garantizar la seguridad eterna del universo, no es la exhibición continua de una conducta irreprensible, sino que aceptamos creer que nos ama, suceda lo que nos suceda. La cruz es el único parámetro estable para saber que Dios nos ama. La cruz revela porqué el pecado no tiene explicación: PORQUE FRENTE A ELLA NO HAY RAZON PARA NO CREER QUE NOS AMA.Cuando uno aceptó como principio que después de todo Dios no lo ama tanto, entonces su necesidad lo lleva a buscar seguridad y refugio dentro de si mismo. Es lo que le sucedió a Adán y Eva. Empezaron a juzgar si lo que la serpiente decía era cierto, o si la verdad sería lo que Dios les había dicho. Inconscientemente se constituyeron en jueces que iban a decidir quién estaba en la verdad y quién en el error. ¿No fue acaso el pensamiento de aceptar primero que Dios no los amaba tanto, lo que les hizo pensar que quizá la serpiente tenía razón en sus insinuaciones contra las verdaderas intenciones de Dios? Este fue el primer escalón- y lo sigue siendo- que hace desbarrancar a los pecadores en la escalera del pecado. Las circunstancias muchas veces nos llevan a pensar que Dios no nos ama. Pero justamente para que nuestra certeza de que el amor de Dios es invariable, inconmovible, inmutable, no deje de ser certeza, Dios no estableció que nuestra seguridad esté fundada en garantizarnos circunstancias favorables. Al contrario, Dios nos informa en la Biblia que tendremos aflicción, tristeza, y pruebas, pero que ellas no son el parámetro para medir el amor de Dios hacia nosotros y hacia todo el universo. Rogamos a Dios que las almas mas sencillas y humildes puedan entender este maravilloso mensaje. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (San Juan 3:16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario