domingo, 20 de julio de 2008

"Hechos 2:38"

No tengo motivo alguno para suponer que Pedro se equivocase con lo dicho en Hechos 2:38. La palabra griega para "pecado" es hamartia, y el sustantivo "perdón", o "remisión", es afesis. Esas mismas dos palabras (o, en realidad, el verbo afín de afesis, afiemi) se emplean en otros pasajes no relacionados con el bautismo, como Mat. 9:2; Mar. 2:5, 9; Luc. 5:20, 23; 7:48. El episodio de Luc. 7:48, si se compara con otros Evangelios, especialmente con el cuarto, se refiere al perdón otorgado por Jesús a María de Betania. Los demás pasajes se refieren al paralítico sanado por Jesús. No hay prueba de que ni el paralítico ni María se hubiesen bautizado inmediatamente antes de que Jesús perdonase sus pecados, ni tampoco hay ningún indicio de que se bautizasen inmediatamente después de ese perdón. Tampoco hay constancia de que el "buen ladrón", a quien Jesús prometió un lugar en su reino, fuese bautizado jamás.Quizá la única dificultad, si queremos verla de ese modo, del pasaje de Hechos 2:38 sea el sentido de la preposición eis, que suele traducirse "para". Si intentamos darle un sentido de finalidad y de condición sine que non para la obtención del perdón divino, probablemente creemos para nosotros mismos una disyuntiva indeseable e innecesaria. La preposición de acusativo en cuestión puede tener otros significados. Por ejemplo, en Mat. 12:41 se usa esa misma preposición cuando se dice que los ninivitas "se arrepintieron
por la predicación de Jonás" (R95), o "con la predicación de Jonás" (LBA) o "ante la predicación de Jonás" (Serafín de Ausejo) o "al escuchar la predicación de Jonas" (NVI). No en vano, uno de los sentidos posibles de eis es "en respuesta a". El sentido de las palabras de Pedro podía ser que los que de verdad se arrepintiesen del pecado de haber crucificado al Señor de la gloria, debían bautizarse, pero no se seguiría necesariamente que el perdón de sus pecados fuese el resultado automático y mágico de bautizarse. Más bien era al revés. El bautismo y entrar a formar parte de la iglesia eran el resultado del perdón divino recibido con el arrepentimiento.Curiosamente, también Mar. 16:16 incide en la misma verdad, usando otras palabras. Aquí lo realmente importante es la creencia en Jesucristo; el bautismo es la consecuencia de esa creencia. Pero la condenación de una persona no viene por no bautizarse, sino por no creer en el Hijo de Dios.Un saludo, Wiclef.

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